07-07-2014

El avance en la sociedad de las tecnologías de la información y la comunicación ha producido cambios insospechados,  respecto de los originados en su momento por otras tecnologías,  como fueron la escritura y la imprenta. El contexto actual,  enmarca nuevas demandas y desafíos para las instituciones educativas,  en las cuales las tecnologías de la información, constituyen espacios de producción y comunicación  para los niños y  jóvenes. Este hecho produce una transformación notable en la concepción de enseñanza aprendizaje.  Atravesada por estímulos multimediales, imágenes y textos,  la tarea docente es interpelada,  por diversos ejes de cambios,  que proponen  nuevos métodos de enseñanza  e interacciones sociales, y  plantea nuevos desafíos que atañen al saber hacer de los docentes.

El trabajo con estas  herramientas didácticas, requiere tomar en consideración, las condiciones actuales en las que se llevan adelante  las prácticas de enseñanza,  e  invitan a reconsiderar las características que definen al rol docente y comenzar a producir cambios en la forma de enseñar y en  las formas  de aprender.  El desafío está puesto en  asumir la  función de facilitador del aprendizaje de los/as alumnos/as,  en entornos cooperativos, para ayudarlos a planificar y alcanzar los objetivos que se plantean desde las diversas áreas del conocimiento. De este modo,  el rol docente sigue siendo fundamental para generar espacios de trabajo significativos,  en torno a las TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación) y sus contenidos.  A fin de generar prácticas significativas de enseñanza y aprendizaje,  es preciso tener en cuenta los saberes previos de los alumnos.

   Esta institución,  está transitando un desafío que implica incorporar productivamente la pluralidad de culturas y lenguajes que la habitan (visual, digital, audiovisual, escrita), mediante todas las formas de manifestación comunicativas y culturales, sin limitarse al lenguaje oral y escrito tradicional, lo que se denomina MULTIALFABETIZACIONES.   Hoy, contamos con el recurso de un servidor pedagógico “PRIMARIA DIGITAL”,  que contiene 30 netbooks y una pizarra digital, para poder trabajar con alumnos desde nivel inicial hasta 7mo grado, desde un entorno virtual. Desde el paradigma  de la UNIVERSALIZACIÓN del lenguaje multimedial, transitamos el desafío de abordar   en forma integrada todos los formatos de información: texto, audio, video, gráficos, fotografías, animaciones.

Desde esta  perspectiva, se concibe al uso pedagógico de las TIC,  en forma integrada con recursos audiovisuales, y multimediales,   como una posibilidad de  apropiación de estos objetos culturales, en espacios donde estas tecnologías,  se usan para interactuar con la información, construir conocimientos, leer críticamente los medios, producir y expresarse.

   Teniendo en cuenta este aspecto,  se deben valorizar los saberes pedagógicos por sobre los tecnológicos, donde el apropiarse de estos contenidos de manejo instrumental de TIC,  llevará un tiempo, pero no se debe olvidar que lo fundamental en el proceso de enseñanza y de aprendizaje,  es el uso de ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS, entendidas éstas,  como una acción premeditada en términos de planificación con anticipación.

   Según Tonucci (1977), “En la escuela tradicional se escribe nada para nadie; el niño debe aprender a escribir, para demostrar que sabe escribir, careciendo así de incentivos para hacerlo”, donde la posibilidad de mandar  un mail, de chatear, de participar en un periódico escolar, en foros de debates entre compañeros de una clase,  o en grupos separados encontrar las tareas del docente en una plataforma virtual,   re-significan el acto de escribir, brindando recursos que  contextualizan la tarea áulica motivando a alumnos y docentes.

“EL DOCENTE es un elemento decisivo en el aula… DONDE ES LA ACTITUD  personal  la que crea el clima… el que determina el tiempo (…) Muchos problemas de la enseñanza se resolverán en la próxima década. Se crearán nuevos hábitos de aprendizaje y nuevas formas de instrucción. Una función sin embargo, será siempre conservada por el maestro: crear el clima emocional del aprendizaje. Ninguna máquina, por sofisticada que sea, puede hacer ese trabajo” (Allidiére, 2001: 17)